Hay que reconocer y valorar toda la labor que se realiza para que los granos de trigo recorran el largo camino desde los campos hasta tu mesa en forma de napolitana de chocolate o de espaguetis carbonara. Sin embargo, no todos pueden disfrutar de alimentos que contienen trigo, ya sea debido a una alergia o una intolerancia. Pero, ¿son lo mismo?
Es importante aclarar que hoy en día no se acepta el uso de la expresión ‘’intolerancia al gluten’’. Lo correcto es hablar de celiaquía y sensibilidad (alergia) al trigo o alguno de sus compuestos.
Estas enfermedades son muy diferentes, a continuación os explicaremos brevemente en que se diferencian entre sí.
Los expertos definen una alergia alimentaria como una reacción adversa y rápida provocada por el contacto con un alimento durante la cual hay mecanismos inmunológicos demostrables. Por ejemplo, la presencia de anticuerpos IgE, que son los más comunes de una reacción alérgica y se determinan mediante un análisis de serología.
De forma sencilla, podríamos decir que una alergia es una reacción adversa ante algo que no es dañino para nuestro organismo pero de lo que, sin embargo, nos defendemos.
Por otra parte, las intolerancias engloban diferentes mecanismos y elementos, pero se pueden resumir en la incapacidad de procesar ciertos compuestos de un alimento, lo que trae una serie de consecuencias fisiológicas y síntomas. En la celiaquía, la enfermedad aparece por la incapacidad de procesar y asimilar el gluten de manera correcta. Aunque aquí también tenemos anticuerpos involucrados, son del tipo IgA, y no son capaces de provocar alergias.
En resumen, las principales diferencias serían a nivel sintomático y serológico. Por eso es tan importante realizar todas las pruebas necesarias para poder determinar si tenemos una alergia o una intolerancia.